- Desafíos de la nutrición al llegar a la tercera edad
La vejez trae consigo una serie de desafíos, tanto físicos como emocionales, que impactan significativamente en la salud y el bienestar de las personas mayores. Entre estos, la pérdida de apetito y la consiguiente disminución de peso se han convertido en problemas recurrentes que afectan a un número creciente de adultos mayores en Costa Rica.
Viviana Mejía, nutricionista de COOPESIBA, señala que en la vejez, la alimentación se ve comprometida por diversos factores, incluidos cambios fisiológicos y sociales.
“En la vejez se presentan problemas que impiden que los adultos se alimenten adecuadamente, ya que se restringe el consumo de ciertos grupos alimenticios por cambios en la percepción del sabor, algunas veces provocados por el consumo de medicamentos, y porque la digestión es más lenta, lo que genera sensación de llenura por mucho tiempo,” explica la especialista.
Uno de los errores más comunes que cometen las personas mayores es la reducción en la ingesta de proteínas. Las carnes, una fuente esencial de proteínas, son a menudo evitadas por los adultos mayores, quienes optan por caldos y sopas, lo cual no proporciona los nutrientes necesarios para mantener una buena salud.
“No les gusta comer carnes, prefieren más los caldos o las sopas, además prefieren bebidas como tés y no consumen la cantidad necesaria de lácteos o leche. En ocasiones presentan intolerancia a la lactosa y si no hay una buena orientación lo que hacen es eliminar el alimento y no es lo recomendable,” añade Mejía.
Señales de Alerta y la Importancia de los Chequeos Médicos
Una de las principales señales de alerta que los familiares deben tener en cuenta es la pérdida rápida de peso en los adultos mayores. Según la Dra. Mejía, una disminución de aproximadamente el 5% del peso corporal en un corto período de tiempo es motivo de preocupación y debe ser atendido con prontitud.
“Es indispensable mantener los chequeos médicos de rutina, principalmente cuando existen enfermedades crónicas, ya que se puede determinar si se presenta alguna alteración en los controles metabólicos, por ejemplo, la aparición de la anemia,” subraya la Dra. Mejía.
Estos chequeos no solo ayudan a detectar situaciones de riesgo, sino que también permiten identificar déficits nutricionales y generar acciones correctivas para mejorar la alimentación de las personas mayores.
El mantenimiento de una buena alimentación es crucial para aquellos que padecen enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol elevado o las cardiopatías.
“Tener una buena alimentación en pacientes con enfermedades crónicas se traduce en beneficio para el control de éstas; inclusive, si mejoramos muchos parámetros metabólicos, se daría una reducción en la dosis de los medicamentos que están consumiendo durante el día,” detalló Mejía.
El envejecimiento de la población es un fenómeno global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2015 y 2050, el porcentaje de habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%.
Este rápido envejecimiento plantea retos significativos para la salud pública, ya que los entornos físicos y sociales afectan directamente la salud de las personas mayores.
Mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, como seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física regularmente y abstenerse de consumir tabaco, contribuye a reducir o retrasar la dependencia de los cuidados en la vejez
“Una nutrición adecuada no solo es esencial para la salud física, sino que también juega un papel crucial en el bienestar emocional y mental de las personas mayores.”, afirmó Mejía
Para combatir los problemas de apetito y pérdida de peso en los adultos mayores, Mejía sugiere una serie de recomendaciones prácticas:
“Jugar” con el volumen de los alimentos: Es importante ofrecer alimentos que llenen menos pero que sean ricos en nutrientes, como purés, papillas, verduras o vegetales en sopas cremas, atoles a base de leche y licuados de frutas.
Frecuencia de comidas: No es recomendable espaciar demasiado las comidas. Lo ideal es ofrecerlas cada 2 o 3 horas para mantener un aporte constante de energía y nutrientes.
Establecer cinco tiempos de comida: Mantener un horario regular de comidas ayuda a asegurar que los adultos mayores reciban una cantidad adecuada de nutrientes a lo largo del día.
Variedad en la alimentación: Es crucial incluir una amplia gama de grupos alimenticios en la dieta diaria, asegurando que los adultos mayores obtengan todas las vitaminas y minerales necesarios.
Cuidado de la salud bucodental: La salud bucodental es vital para una buena nutrición. Es recomendable visitar regularmente al dentista, especialmente para aquellos que usan prótesis dentales, para garantizar que estas estén en buen estado y no interfieran con la alimentación.
Hidratación adecuada: Mantener una buena hidratación es esencial para la salud general y puede ayudar a prevenir problemas como la deshidratación y el estreñimiento