domingo, diciembre 8

Corregir el hábito de chuparse el dedo es fundamental para la salud dental

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  • Desde edad infantil

En la infancia, es común que los niños desarrollen una serie de hábitos, entre los cuales chuparse el dedo es uno de los más prevalentes. Aunque este comportamiento puede proporcionar consuelo y ayudar a los niños a relajarse en momentos de estrés o ansiedad, es crucial entender las implicaciones que tiene para la salud bucal a largo plazo.

Según la Odontopediatra Melissa Rojas, chuparse el dedo es una respuesta natural que muchos niños adoptan para encontrar consuelo. Sin embargo, advierte que este hábito, cuando se prolonga en el tiempo, puede tener consecuencias negativas significativas en la salud dental y el desarrollo del habla de los niños.

“A menudo, este comportamiento se pasa por alto, pero la realidad es que puede tener impactos significativos en la salud oral y el desarrollo del habla de los niños”, señaló la doctora Rojas.

Una de las principales preocupaciones asociadas con chuparse el dedo es el efecto que tiene en la vocalización. Los niños que mantienen este hábito pueden desarrollar dislalias, una dificultad en la pronunciación y articulación de los sonidos. Esto puede afectar el desarrollo del habla, haciendo que sea más difícil para los niños comunicarse de manera efectiva.

Además, el hábito de chuparse el dedo puede provocar una serie de problemas dentales. Entre ellos, destacan:

Problemas en el Desarrollo de la Dentición y el Paladar: La presión constante del dedo puede alterar el crecimiento normal de los dientes y el paladar, lo que puede llevar a malposiciones dentales.

Maloclusiones y Apiñamientos: La persistencia del hábito puede causar maloclusiones (mordida incorrecta) y apiñamientos dentales, donde los dientes están desalineados o superpuestos.

Cambios en la Forma del Paladar: El uso prolongado del dedo puede cambiar la forma del paladar, afectando no solo la alineación dental sino también la respiración y la deglución.

Abordar este hábito de manera temprana es esencial para prevenir futuras complicaciones. La doctora Rojas sugiere varias estrategias para ayudar a los niños a dejar de chuparse el dedo:

Elogio y Recompensa: Alentar y recompensar a los niños cuando evitan chuparse el dedo puede ser una técnica efectiva. Los elogios y pequeñas recompensas pueden motivar a los niños a abandonar el hábito.

Uso de Dispositivos Orales: Existen dispositivos orales diseñados específicamente para desalentar el hábito de chuparse el dedo. Estos dispositivos pueden ser una herramienta útil en el proceso de corrección.

Abordar las Causas del Estrés o Ansiedad: Es importante identificar y tratar cualquier factor de estrés o ansiedad que pueda estar provocando el hábito. Proporcionar un entorno tranquilo y de apoyo puede ayudar a reducir la necesidad de buscar consuelo en chuparse el dedo.

Para garantizar la corrección de este hábito y prevenir problemas mayores en el futuro, la ortodoncia interceptiva o funcional es una solución efectiva. Este tipo de ortodoncia está diseñada para corregir hábitos que interfieren con el crecimiento facial y maxilar, estimulando el desarrollo adecuado de la mandíbula y los huesos maxilares.

La ortodoncia interceptiva ofrece numerosos beneficios, entre los que se incluyen:

Corrección de Hábitos Anómalos: Ayuda a corregir hábitos que afectan el habla y el desarrollo facial.

Prevención de Complicaciones Ortodóncicas Futuras: Reduce la necesidad de tratamientos más complejos en el futuro.

Equilibrio Facial y Muscular Adecuado: Establece un equilibrio adecuado entre la musculatura facial y el desarrollo óseo.

Detección y Prevención de Anomalías Dentales: Permite la detección temprana y prevención de anomalías dentales.

Fomento de la Salud Bucal: Promueve prácticas que mejoran la salud bucal general.

La ortodoncia interceptiva puede iniciarse desde los 5 años, dependiendo del caso individual y la severidad de la maloclusión. En algunos casos, el tratamiento puede comenzar más tarde, entre los 9 y 10 años. La intervención temprana es clave para evitar complicaciones y asegurar un desarrollo adecuado.

La doctora Melissa Rojas se encuentra en redes como Facebook e Instagram donde está disponible para responder preguntas y proporcionar más detalles sobre diversos tratamientos.

Lo cierto del caso es que chuparse el dedo es un hábito común en la infancia que puede tener serias implicaciones para la salud bucal y el desarrollo del habla de los niños por lo que los padres o encargados deben de buscar la forma de frenar este hábito.

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