miércoles, junio 7

“El Rey del Calipso” deja enorme legado musical

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  • Walter Ferguson fue declarado ciudadano de honor

A los 103 años de edad y con un enorme legado musical en su historia, Walter Gavitt Ferguson Byfield, falleció el pasado 25 de febrero, apenas tres días después de haber sido declarado ciudadano de honor.

Se le conoce como “El Rey del Calipso” ya que fue el máximo exponente de este género musical en Costa Rica, dándole el toque costarricense a este género afro.

“One Pant Man”, “Callalloo”, “Monilia”, “Cabin in the Wata”, “Cahuita is a Beautiful Place”, “Rumba en Cahuita” y “G-O-O-D”, son solo algunos de sus calipsos más conocidos. Según cálculos del propio Ferguson, compuso aproximadamente más de 150 calipsos en su vida.

Nació en Guabito, Panamá el 7 de mayo de 1919, pero a sus dos años de edad, su familia se trasladó a Cahuita, en la provincia costarricense de Limón, lugar que se convirtió en su casa hasta el último día de su vida.

Desde muy niño demostró su pasión y talento musical, con especial interés por el canto y la música, algo que fue desarrollando con autoaprendizaje logrando así tocar la dulzaina, la armónica, el ukelele, la guitarra y el clarinete, su instrumento favorito.

Su amor por el calipso llegó de calypsonians mayores, como Mighty Sparrow y Papa Houdini, comenzó a escribir sus propias canciones y a asistir a desafíos de Calypso en la costa caribeña.

Su carreo fue en ascenso e incluso su música empezó a conocerse a nivel internacional, mediante cassettes que él mismo grabó en una grabadora de voz que su hijo le había enviado desde los Estados Unidos.

Esas grabaciones viajaron por todo el mundo, con ediciones únicas de sus canciones, en manos de turistas que adquirían las cintas en las inmediaciones del Parque Nacional Cahuita, donde el mismo Ferguson las vendía.

La admiración que comenzó a generar lo llevaron a grabar su primer álbunm profesional en 1982, por el musicólogo estadounidense Michael Williams, quien produjo el álbum en acetato “Mr. Gavitt: Calypso of Costa Rica: Cocoa Plantation songs sung in English”.

El segundo álbum titulado “Calypsos del Caribe de Costa Rica”, 1986, incluía una breve biografía de Ferguson, escrita por la historiadora Paula Palmer. Más adelante, en 2003, se realizó la producción “Babylon” y en 2004 llegó “Dr. Bombodee”, ambas con el sello de Papaya Music, las cuales se pueden escuchar en la plataforma de música Spotify.

Todo ese talento lo hicieron merecedor del título “El Rey del Calipso”, sin que esto significara que tuviera que dejar de lado su trabajo como agricultor, que le permitió sacar a su familia adelante, e incluso llegar a tener su propia finquita.

Músicos como Manuel Monestel, de la banda Canto América y Danny Williams de la banda Kawe Calypso, recibieron la influencia directa del trabajo musical de Ferguson; incluso grabaron versiones de sus canciones, lo que ha ayudado a mantener vivo el Calipso en el país.

“En la historia musical de Costa Rica, Walter Ferguson es uno de los grandes compositores populares de todos los tiempos, con una versatilidad y una productividad pocas veces vista en el país, con canciones directamente ligados a la historia y la cultura de su gente. Se puede hablar de la historia de la música popular de Costa Rica, antes y después de Walter Ferguson”, señaló Manuel Monestel, compositor, guitarrista, productor musical, investigador cultural y promotor del calipso.

Y agregó que “el Calypso se fortaleció, se difundió y se consolidó, entre la misma población afrolimonense, por medio de las canciones de Walter Ferguson y de la difusión nacional e internacional de esas canciones. El Calypso limonense le debe mucho a Walter Ferguson”.

La Unidad de Patrimonio Cultural Inmaterial del Centro de Patrimonio, del Ministerio de Cultura y Juventud, destacó el enorme aporte cultural que significa toda la obra de este gran artista para el folclore costarricense.

“Se caracterizó por reivindicar la cultura afrocostarricense mediante la maestría de su composición, interpretación y transmisión musical, en la que se destacó su creatividad y sensibilidad social, constituyéndose en un insigne narrador de los sentimientos e historias de su pueblo; en los cuales retrata la vida cotidiana de Cahuita con una combinación de humor, tragedia y emoción. Igualmente, sus composiciones vivifican y visualizan el inglés criollo limonense, idioma que caracteriza la cultura caribeña de Costa Rica, que ha sido la vía para expresar profundamente la belleza de lo cotidiano, los saberes populares y los desafíos propios de su región”, indicaron.

Si duda alguna, Ferguson trascendió fronteras y su legado transcenderá generaciones, porque su música estará siempre en el imaginario de los costarricenses.

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