- Muchas veces el silencio es el mejor aliado de los abusadores
Enseñarle a los menores a que no deben callar ante ninguna situación que no les guste, es fundamental para poder lograr poner fin a noticias tan lamentables que muchas veces se reportan, donde los menores son víctimas de personas mayores que ellos.
Abusos de toda índole, emocionales, sociales, psicológicos y sexuales e incluso llegando a la muerte, contra menores de edad han sido noticia en los medios de comunicación nacional en reiteradas ocasiones y esto debe de preocupar a la sociedad.
Hay un denominador común y es que el menor que está siendo abusado guarda silencio y eso es lo que se debe de cambiar, asegura la doctora Mauren Navarro Castillo, Directora de Programas Comunitarios de Mission Activation Charity, Carrillo, Guanacaste.
Las noticias que salen en los diferentes medios de comunicación dan fe de esto y se deben de tomar cartas en el asunto.
“Se ha llegado a un punto inaceptable donde la falta de una política pública clara y acciones concretas en este campo generó una crisis que nos estalló en la cara”, expresó Navarro.
Pero si bien hay una pasividad por parte del gobierno, también es cierto que la hay por parte de las personas que están en el entorno de los niños y niñas y sociedad civil en general, que ven las noticias, ven las acciones y se quedan de brazos cruzados a la espera de que las soluciones salgan de la nada.
“El primer paso para iniciar el camino en el combate contra el abuso infantil es muy sencillo, pero a la vez complicado. Basta con empezar inculcando en nuestros niños y niñas que nunca deben quedarse callados cuando sufren este tipo de vejaciones”, recalcó la directora.
Desde la primera infancia, es decir cuando dan sus primeros pasos, es necesario que los niños o niñas reciban esa guía de no callar, de siempre contar lo que ocurre a las personas de confianza.
Y ya al ingresar al sistema educativo, además contar con una orientación clara con apoyo psicológico para saber cómo deben actuar ante las primeras señales de peligro.
Es decir que la casa y el centro educativo es donde está ese paso inicial, que marcará la diferencia para lograr detectar a tiempo hechos que luego pueden dejar una huella irreversible en la formación intelectual y espiritual de los infantes.
“Esta medida evitaría la invisibilización del abuso delito que enfrenta grandes obstáculos porque caso siempre encontramos que este tipo de conductas antisociales suelen ocurrir en el seno del núcleo familiar y casi siempre los parientes del menor despliegan todo tipo de esfuerzos para ocultar la anomalía”, agregó Navarro.
Un buen ejemplo de un trabajo que se está haciendo en este sentido se lleva a cabo, justamente en el cantón de Carrillo (Guanacaste) donde en los últimos meses en la Fundación Mission Activation Charity se puso a andar un proyecto que busca dar ese acompañamiento a los menores.
Es mediate talleres de capacitación que brindan profesionales, a los estudiantes de la zona y hasta la fecha ha involucrado a más de 1400 alumnos de escuelas de la comunidad quienes están apoyando esta filosofía de que los menores “No deben callar”.
“Todavía hace falta mucho camino por recorrer, pero una larga travesía se hace más corta cuando damos el primer paso y en este viaje para lograr el éxito no hay más tiempo que perder”, concluyó Navarro.
También es importante, en el caso de los padres o encargados, ganarse la confianza del menor para que en el momento que ocurra algo inapropiado, se sienta cómodo llegando a hablar con esa persona y así se le pueda dar el acompañamiento y apoyo necesario para buscar una solución o, de ser necesario, las fuerzas para acudir a interponer una denuncia.
El Estado por ley debe de proteger a los menores, pero son los adultos de su entorno los primero llamados a estar para ellos y enseñarles que nadie debe de hacerles daño o abusar de ellos en cualquier manera, pero en caso de que ocurra debe de decirlo para que la situación se detenga.